lunes, 6 de junio de 2011

La Luna,

Susurrandome en silencio la luna en plena oscuridad, con miedo a que los demás la puedieran escuchar.
Era cuidadosa, no se dejaba ver con tanta facilidad, era exigente y también era bastante selectiva.
Al parece mi persona se ganó su confienza, dejánsdose ver siempre cada noche, iluminando mis rincones, y manteniendo conversaciones hasta alta horas de la madrugada.
Siempre tenia algún tema importante que contar, siempre había algo que le llamase la atención y siempre, siempre había algún tema del que quisiera charlar.

Era salvaje y divertida, tenía serenidad  y firmeza. Conciencia e inocencia, se divierte a pesar de su responsabilidad.
Y una noche sin venir a cuento me empezó a relatar una historia. Diciéndome cuánto echaba de menos conocer a alguna persona especial...
A alguien que hiciera aumentar su brillo y su intensidad.
Rezaba cada noche, rezaba cada vez que dormia de día. Siempre esperando ese momento para presentarse y dejarse conocer como realmente merecía.
Me contó una vez como abrazaba en suspiros a ciertas personas, como les lanzaba abrazos en el aire mientras cerraba los ojos y pensaba intensamente en alguien.



Era calurosa, fogosa y siempre pasional. Era la calma y el desastre, era el norte el sur, .... Lo era todo.

Sin darme cuenta, asomó el sol por la ventana, mis ojos se abrieron.
Me di cuenta que todo lo que estaba pasando no era más que un sueño, pero cerré los ojos, y pensé en esa historia que me contaba la Luna cada noche.
Pensé en todas esas historias bonitas que quería que le sucediesen y comprendí una cosa. Ya sé porqué ya no se pasea por mis sueños, ya sé porqué estará en el sueño de otra persona, en la venta y en la cama de otra persona contando historias.
Sé que está feliz, que sonríe por mí cada noche cuando sale, sé que cada vez que se acuerda de mí, toca una estrella en el cielo en mi memoria.

No tengo duda, la Luna, cuando me contaba las cosas, se refería no sólo a ella sino también a mí.
Está lejos, sé que está lejos y feliz,. Lo sé, porque lo que ella ansiaba lo ansiaba para mí. Lo sé, porque desde que tu estas a mi lado iluminas mis noches. Has pasado de ser alguien, a ser mi Luna cada noche, a ser mi Sol cada mañana.
Te puso en mi camino, sabía que te encontraría, y no hay palabras que puedas describir la alegría y la felicidad que llena todo mi cuerpo.
Estar contigo cada día hace que merezca la pena vivirla.

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