sábado, 5 de marzo de 2011

el reloj se paró.

Y mi lágrimas caigan con desespero,... el tiempo era eterno, las noches largas y los días amargos.
Siempre había alguna oscuridad en la luz, algún rincón en el cuál la sombre reinaba...
Estaba donde tenía que estar, pero las sonrisas se borraban de mi cara.
Miraba de continuo el reloj, pero nada, no había manera ni forma de hacer que esas manecillas se moviesen con un poco más de velocidad.
El Sol tradaba más en ponerse y la Luna disfrutaba más sus viajes nocturnos por nuestros lares.
En fin, el reloj en el momento menos indicado paró su tiempo, haciéndome sentir realmente como pasan los minutos,... esos 60 largos y cansinos segundos. Eternos.
Te quiero, te quiero mucho y lo sabes, pero también hay que mirar un poco más hacia arriba... por ciertas cosas no las considero del todo ciertas, aunque se suele presumir de ellas.
Buenas noches.

1 comentario:

  1. Animo chiquilla, todo pasa y todo llega... siempre termina saliendo el sol. Patri.

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