Llevo unos días algo mimosa y reconozco que el ser correspondida genera una gran alegría, y tranquilidad.
Mensajes en una pizarra de imán en la nevera:
“Mirando a mis adentros encontré un bául que llevaba cerrado mucho tiempo.
Decidí abrirlo y miré con ilusión, y con la misma alegría una lágrima por mi mejilla cayó.
Me di cuenta que todos mis sueños comenzaban a cumplirse.
Di gracias al destino por ponerte de nuevo en mi camino y,
darme la oportunidad de pasar toda mi vida contigo.
Te quiero.”
En fin, no lo puedo evitar

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